viernes, 1 de agosto de 2014

Hoy me monté en el techo y crecí.

Hoy me monté en el techo de mi casa, como cuando era niño-adolescente. Antes me montaba y pasaba horas y horas viendo las nubes, los pájaros, la vecina fumando a escondidas, saltando y bailando música imaginaria, las frutas, el cielo. Veía el cielo desde que estaba azul azul lo mas azul que hay hasta que que se pusiera negro.

Tenía mi rincón en el techo especial para ver el atardecer, desde que se empezaba a poner anaranjado, luego amarillo. Las nubes las tapaba el cerro de la mina de cemento. Ese cerro para mi era lo mas lejos que se podía ver desde mi casa.

Hoy me di cuenta que crecí.

Me monté en el techo, no por diversión sino para buscar un juguete a mi sobrino.
Caminando hacía donde estaba el juguete rompí como 8 tejas. Y eso que caminé con cuidado, sin bailar ni saltar.
La vecina me miró feo. No es la misma que veía fumando, a esa le dio cáncer de pulmón.
Las frutas ya no tienen el mismo color.
Pero el cielo sigue ahí. Como cuando era niño. Dejándose de poner azul para pasar por una gama de colores hasta oscurecer. Pero ya no tengo tiempo para ver eso. Tengo responsabilidades y no puedo pasar tanto tiempo sin hacer nada. No tengo tiempo ni de escribir mas en este blog.

Hoy me monté en el techo y me di cuenta que crecí.

No hay comentarios: