lunes, 23 de enero de 2017

Las cosas cambian, yo no (por fuera)




"Lo único constante es el cambio" y toda palabrería. Pero es verdad. Uno va por la vida aprendiendo y desaprendiendo cosas que hacen que uno vea el mundo de manera distinta. Van cambiando las perspectivas de la vida a medidas que pasa el tiempo. Ya no vemos a los amigos de la infancia, colegio y universidad con los mismos ojos cuando estamos trabajando. Las épocas de joda y fiesta tienen otra ponderación que cuando estábamos ahí. Y si hay alguien en esa época de joda y fiesta, créeme, tarde o temprano pasará, y no será el fin del mundo, si hay vida después de los amaneceres buscando ron, si hay cosas divertidas fuera de un bar. Trapos algún día se acabaran de acabar. Creo que mi época de congas salvaje ya terminó, pero aún mi mejor conga esta por venir. Y no es que yo sea muy maduro, aún veo Kung Fu Panda y Como entrenar a mi dragón, no tengo hijos, ni siquiera un perro (esto último porque me esposa no mi deja).

Hay gente que dice “yo no cambio por nada ni por nadie” ¡POR FAVOR! Qué tontería. Cambiamos sin darnos cuenta. Todo el tiempo vamos cambiando de opinión. Insisto con lo del párrafo anterior, vamos aprendiendo y desaprendiendo cosas, algunos más que otros, pero todos vamos adquiriendo conocimientos, así sea en la rutina más aburrida del mundo, cualquier pendejo aprende algo en 1 año.
 

Hace unos años cuando me decían "Ay, pero tu estas igualito", me lo tomaba a mal, respondía con mi característico tono antipático "¿pero que querías? ¿que me operara la nariz o que?". En ese entonces no comprendía que yo no estoy envejeciendo como los demás. Cambie mi actitud hacia esa frase. Las responsabilidades no están haciendo mella en mi cara con arrugas, o que escasez de pelo, o en canas (aunque si tengo algunas). Ni el sedentarismo se ha manifestado en mí, aún sigo siendo talla 30 de pantalón 14 años después de mi graduación del colegio y hasta tengo un tag para eso en twitter: #ForeverEsbelto.

Fue hace poco que comprendí que lo raro era no haber cambiado, ni en personalidad, ni físicamente, por lo que ahora lo veo como un halago. Lo veo como una palmadita en la espalda de "lo estas haciendo bien muchacho".

martes, 10 de enero de 2017

Debería hacerlo más a menudo

Cada vez que salgo a trotar en la mañana pienso "se siente bien, debería hacerlo más a menudo" y 6 meses después es cuando lo vuelvo hacer.
Cada vez que hablo con un pana de la universidad/colegio que tenía años/decadas sin hablar pienso "se siente bien, debería hacerlo más a menudo" y 2 años después me entero que el pana se fue a vivir a otro país.
Cada vez que leo un libro pienso "se siente bien, debería hacerlo más a menudo" y 6 meses después es cuando vuelvo a leer.
Cada vez que escucho música recomendada por un pana pienso "se siente bien, debería hacerlo más a menudo" y 9 meses después es cuando lo vuelvo hacer.
Cada vez que veo Kung Fu Panda pienso "se siente bien, debería hacerlo más a menudo" y 3 días después es cuando lo vuelvo hacer.
Cada vez que escribo en el blog pienso "se siente bien, debería hacerlo más a menudo" y 4 meses después es cuando lo vuelvo hacer. Por lo menos en este caso fueron solo 4 meses, en otras ocasiones pasaba del año sin escribir.

Pero ya en serio, la vida a veces se pasa en un montón de "debería hacerlo más seguido" y al final uno no cambia nada. Los hábitos no se cambian tan fácil. Cada uno en su rutina se olvida que hay un montón de cosas chéveres ahí afuera que pueden cambiar el ánimo de una semana con una simple llamada a un pana del que uno tenía mucho tiempo sin saber.

Supongo que eso también pasa con las tan fastidiosas resoluciones de nuevo año, que se olvidan a la semana. El hábito es muy difícil para desprenderse así como así, como ponerlo en un gancho de ropa y ponerse otro hábito, al menos que seas cura y sea así literalmente (chiste malo, sorry).