lunes, 5 de septiembre de 2016

El no inmigrante del siglo XXI

El hecho de no inmigrar para los de mi generación se ha vuelto la zona de NO confort. Mi generación (digamos los nacidos entre el 81 al 90) es una generación regada por el mundo, de Argentina a Canadá, de Australia a Noruega. Todos los días veo en redes sociales paisajes de todos los rincones del mundo. En mis redes sociales siempre son las 5 de la tarde, siempre es verano y siempre hay vacaciones. Que linda es la globalización.

Lo que no es lindo es que tu zona de confort de repente se vuelva tu zona de incomodidad. A los que no nos fuimos nos movieron todo. Nos movieron los amigos con los que nos íbamos a jugar fútbol, nos movieron hasta los que uno conocía solo en la cancha donde jugábamos, ellos también se fueron. Nos movieron hermanos, los primos y hasta el perro del vecino que me ladraba se lo llevaron. Donde trabajaba no me renovaron contrato porque la empresa redujo al mínimo el personal (ya tengo otro menos mal). Sin yo moverme me movieron el piso. Ahora toca adaptarme como si hubiese emigrado.

Hablan de fuga de cerebros pero no hablan de fuga de amistades. Una cuenta rápida me da, que si me casara hoy, de mis 10 amigos más cercanos como para considerar padrino de mi boda, solo 1 está en Venezuela. Por eso ahora cualquier persona que conozco es un potencial amigo para ir a una licorería, alguien con quien ir al juego de fútbol, alguien con quien ir a un concierto ¿A la playa? ¿A la montaña? No importa yo me adapto a sus gustos, porque hay una necesidad de hacer nuevos amigos porque los de toda la vida ya no están para inventar una parrilla, una escapada a un pueblo andino o un ida por vuelta a la playa.

Y supongo que no soy el único, en un diplomado que estoy haciendo y con solo 6 semanas de clase y viéndonos solo los sábados, ya somos un grupo de amigos para pasar el rato. Vamos a estar claro, en una situación normal, no pasaría tiempo con ellos ni ellos conmigo, cada uno iría con sus respectivos amigos y no con extraños a los que he visto 6 veces. Incluso uno del grupo tuvo una fiesta de cumpleaños y mayoría éramos del diplomado, solo 4 amigos viejos y del resto éramos a los la cumpleañera ha visto 6 sábados en clase. Veo una oportunidad de negocios tipo OpenFriends o FriendsMatch.

No me hablen de Skype, no me hablen de Whatapp ni de Telegram. Ir a un estadio no es lo mismo que verlo por TV o escucharlo por radio. Tener a esa persona al lado no es lo mismo que videollamadas o mandarle notas de voz. Somos humanos y además caribeños, nos gusta el contacto. No abrazar cuando saludo a un amigo me desbarata el corazón, no darle palmadas en la espaldas a mi primos jugando dominó me sienta mal, no revolcarme en el piso con mis sobrinos me hace sentir como un mal tío.


Los no inmigrantes tratamos de llenar vacíos dejados por los que se fueron. Dentro de casa trato de llenar el cariño que mis padres no pueden dar a mis hermanos. Trato de llenar las risas y el amor que mi abuela no recibe de los 11 nietos que están fuera de Venezuela. Mi jefe ahora lleva la empresa porque el dueño se fue a Portugal. Hasta mi nuevo trabajo es un vacío que dejó alguien que emigró. Y los nuevos proyectos de la empresa es porque las que hacían ese trabajo se fueron. Hay una entropía generando cambios y es debido a los que fueron. Llegó el tiempo del que se quedó, el no inmigrante al poder.

No hay comentarios: